Nuestra esperanza no está en el hombre,
no reside en las vagas expectativas de nuestras posibles habilidades.
Nuestra esperanza no depende de los gobiernos de turno,
ni de la religión con sus vanas promesas.
Nuestra esperanza no está atada
a un pensamiento filosófico que venga a dar en la tecla después de miles de años.
dejemos la ilusión aparte.
Dejemos de lado la mendicidad infinita
que nos nubla los sentidos, y nos ata a las cosas.
Nuestra esperanza, está en la quiniela.
(extracto de “Ensayo sobre el tener y el ser” de Roberto Wachowski)
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