Que nada ni nadie te prive
del derecho de reiventarte mil veces,
de ser lo que quieras ser,
sin importar lo que piensen los demás,
y sin importar lo que los demás esperen de vos.
Que nada ni nadie te impidan
reconstruir tu vida a tu antojo,
ejerciendo la libertad
por sobre todas las cosas.
Recomenzar,
destruir y volver a hacer,
todo lo que haga falta.
Que nada ni nadie te apegue
a tu pasado, cercano o distante.
Que nada ni nadie te controle.
Que nadie decida por vos.
Que nadie se interponga
entre vos y tu meta sagrada,
de encontrarte con tu deseo
y de este modo ser vos mismo.
Que nadie te impida ser genuino,
sin importar las consecuencias.
Que no te condicione
la opinión de los demás.
Que no cometas el perjurio mayor,
el de traicionar a tu propio corazón.